Un altar muy especial…

«Ofrece tu corazón a Jesús para que le sirva de altar también, y venga a inmolarse en él».

Lira del Corazón.

Ofrecerle a Dios el corazón como un altar…

«Ofrece tu corazón a Jesús para que le sirva de altar también, y venga a inmolarse en él».

Lira del Corazón.

Inundados de Dios…

«Ahora me encuentro inundada de Él, nadie me lo podrá arrebatar, amaré por fin a mi Dios tanto como lo he deseado, sin miedo a contristarlo, ni perderlo. Él será mi posesión y yo seré suya para siempre jamás».

Lira del Corazón.

La posesión eterna del amor…

«El premio del amor es la posesión eterna del AMOR».

Lira del Corazón.

Una conquista…

«La vida no merece el nombre de vida si no se emplea toda ella en conquistar vasallos para el Rey inmortal de los siglos».

Lira del Corazón.

Para que valga la pena vivir…

«Si no es para comprar almas para Dios, no vale la pena el vivir».

Lira del Corazón.

Una maternidad gloriosa…

«¡Qué maternidad tan gloriosa! ¡Dar almas a Dios y sustentarlas con el sacrificio!»

Lira del Corazón.

El celo por la salvación de las almas…

«No hay alma que haya llegado a la unión con Dios, a la plenitud de la contemplación, que no sienta sus entrañas devoradas por el celo de la salvación de las almas».

Lira del Corazón.

Dejarse hacer por Dios…

«¡Haz de mí lo que quieras!, más déjame vivir y morir en tu amante Corazón, para que ahí se caldee el mío y pueda a mi vez calentar las almas que se acerquen a mí».

Lira del Corazón.

Dame almas, Señor…

«Padre me pongo en tus manos; me entrego a tu amor, a tu bondad, a tu generosidad; haz de mí lo que tú quieras, pero dame almas, muchas almas, infinitas almas…»

Lira del Corazón.