La necesidad de la oración…

«Pido ahora para siempre, en nombre de Dios y de nuestra querida Morenita, una limosna diaria, aunque sea de un Ave María en comunidad, por la prosperidad, más que material, espiritual, de la Obra Misional».

Carta a la madre María de la Inmaculada el 21 de agosto de 1945.

Oración y sacrificio…

«Alguien me dice: ‘He hecho el propósito de trabajar sin descanso a fin de calmar la sed de Jesús, esa sed que devora su divino corazón y quiero convertirme en los pies de Jesús y caminar, caminar para llevar a todas las naciones el reino de Dios’. Sí, magnífico, pero sin olvidar que ante todo, este Reino de Dios se extiende por la oración y el sacrificio».

Carta colectiva del 23 de septiembre de 1963.

Diálogo íntimo con Cristo…

«¿No es verdad alma mía, que en las íntimas comunicaciones con el dulce prisionero, cuando él te habla al corazón, que sientes crecer en ti la caridad, que te sientes robada, que no te cansas de escucharle? Y como en los felices discípulos le dices: quédate conmigo Señor que se hace tarde».

Ejercicios Espirituales de 1933.

La recompensa a la mujer consagrada…

«Aquí tienes, hija y esposa mía, este mundo de almas que son el fruto de tus esfuerzos generosos, de tus victorias contra tus defectos, de tus sacrificios, de tu continua oración».

¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo?

Misionera secreta por la oración y el sacrificio…

«Cuando el alma sabe actuarse de la vocación que ha abrazado: misionera secreta por la oración y el sacrificio, se entrega de lleno a esa vida sencilla y obscura, trasunto de la vida de Nazaret, para, a imitación de Jesús, María y José, en el retiro de su claustro, olvidada de todo el mundo, se corredentora con Cristo Jesús».

Reminiscencias de mi toma de capelo.

Nostalgia de Dios…

«En este día fueron las elecciones. Tres solamente fuimos las vocales. Las cosas quedaron exactamente como estaban. En un sentimiento de profunda paz las esperaba, y, terminadas estas, no agitó mi corazón ningún sentimiento de vanagloria. En él sigue reinando la paz, impregnada de una dulce nostalgia de Dios, de oración recogida y silenciosa».

Este día fueron las elecciones.

Acción y contemplación…

«Nuestra misión en tierras paganas consistirá especialmente en la oración y sacrificio, pues estamos perfectamente convencidos de que, si esto falta, todo lo demás se vendrá abajo. Por eso seguimos aún en misión con todas nuestras prácticas de vida contemplativa».

Carta del 2 de octubre de 1945.

Almas de oración…

«Si dejamos de ser almas de oración, si no vivimos continuamente unidos a Dios, todo lo más que nos sea posible, nuestras misiones, nuestros apostolados, nuestro trato con los demás, no fructificará verdaderamente; todo será como campana que retiñe».

Cartas.

Abandonarse a la voluntad de Dios…

«Una oración llena de fe y esperanza, de abandono y conformidad con la adorable voluntad de Dios».

Carta a su director espiritual el 15 de mayo de 1949.

Las misiones y la oración…

«Las misiones siempre han tenido un imán poderoso sobre mi corazón… Antes de ingresar al convento, ya me cautivaban. Pero me cautivaba también la vida escondida en Dios; una intensa vida de oración y sacrificio oculto».

Experiencias Espirituales.