Recepción y colocación de su imagen

SE OFRECEN A CONTINUACIÓN DIVERSOS MODELOS PARA LA RECEPCIÓN Y COLOCACIÓN DE LA IMAGEN DE LA BEATA MARÍA INÉS TERESA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO:

A. RECEPCIÓN Y COLOCACIÓN DE LA IMAGEN EN UNA PARROQUIA, CAPILLA O RECTORÍA.

B. RECEPCIÓN Y COLOCACIÓN DE LA IMAGEN EN EL HOGAR, CASA RELIGIOSA, ESCUELA, TRABAJO, HOSPITAL, ETC.

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A. RECEPCIÓN Y COLOCACIÓN DE LA IMAGEN EN UNA PARROQUIA, CAPILLA O RECTORÍA.

Para llevarse a cabo dentro de la celebración de la Santa Misa
o en una Celebración de la Palabra.
  1. La Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento Arias Espinosa, nació en Ixtlán del Río, Nayarit, México, el 7 de julio de 1904 y murió en Roma, Italia, el 22 de julio de 1981. Fue beatificada el 21 de abril de 2012 y su Memoria se celebra el 22 de Junio de cada año.
  2. La imagen de esta Beata, que es conocida como «Misionera sin fronteras», puede ser recibida y colocada de manera solemne en una parroquia, capilla, rectoría o templo, en el marco de la celebración de una Misa o de una Celebración de la Palabra.
  3. La Misa puede ser presidida por un Obispo o un Sacerdote. La Celebración de la Palabra puede ser presidida por un Diácono, un Religioso (a) o por un seglar, ya sea hombre o mujer debidamente autorizados.
  4. Con tiempo suficiente se avisa a la feligresía del día y la hora en que se hará la ceremonia de recepción de la Imagen.
  5. Conviene que días antes o después, se de a conocer la vida y la obra de la Beata María Inés a través de conferencias, exposiciones fotográficas, folletos, etc.
  6. La imagen puede ser solamente recibida y/o colocada en el lugar que se haya destinado para su veneración.
  7. Si se tiene la Celebración de la Santa Misa y si por alguna razón la Imagen ya está colocada en su lugar definitivo, entonces, después del saludo inicial y antes del Acto Penitencial, quien preside y los fieles acuden al lugar donde está la Imagen (que puede ser estatua, pintura, fotografía, etc…) de la Beata, se lee una breve semblanza de su vida y se bendice e inciensa la Imagen. Después, quien preside se dirige a la Sede y desde allí invita a que se haga el Acto penitencia y continúa la Misa según lo marcan las normas.
  8. Conviene que al final de la celebración, se rece la oración en la que se pide su intercesión.
  9. Si se tiene la ceremonia de recepción y colocación de la Imagen, ésta se recibe después del saludo inicial y antes del Acto Penitencial, se coloca en algún lugar del Presbiterio y al término de la Misa o Celebración de la Palabra, quien preside, acompañado de los fieles, la coloca en el lugar en donde estará de manera definitiva en el interior del Templo.
  10. Si solamente se lleva a cabo la recepción de la Imagen, ésta se recibe en el marco de la Celebración de la Misa o en una Celebración de la Palabra y se hace de la misma manera, pero colocando la Imagen en un lugar visible, en el presbiterio o cerca de él, dejando la Imagen por uno o varios días a la veneración de los fieles y luego se le destina un lugar especial dentro o fuera del Templo.

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Sugerencias para la celebración de la Misa en ese día:
  1. El Obispo o uno de los sacerdotes (Vicario Episcopal, Decano, Párroco, Capellán) preside y los concelebrantes (si los hay) entran de manera solemne al Templo, se inciensa el altar y al término de esta acción, el celebrante principal se dirige a la sede desde donde saluda al pueblo de Dios.
  2. El mismo presidente o un monitor, anuncia que se dará lectura a una semblanza breve de la vida de la Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento y que al término de la misma será recibida su Imagen (Si es que no está ya colocada). Se invita a la comunidad a que se siente.
  3. Al término de la lectura de la semblanza y entre cantos y manifestaciones de alegría, por el pasillo central, acompañada por dos ciriales, se introduce la Imagen de la Beata y es llevada hacia el presbiterio. Allí se coloca en el lugar destinado para ella o en el provisional, si es que estará en otra parte del Templo. (Si se tiene una reliquia del primer grado que también se recibe, se anuncia y va delante de la Imagen la procesión en medio de los ciriales. Esta reliquia se coloca delante de la Imagen).
  4. Quien preside la Misa bendice la Imagen (si es que no está ya bendecida), la inciensa y, si es posible, la muestra a los fieles. Durante este tiempo el canto continúa, el cual concluye cuando quien preside regresa a la Sede.
  5. Se da inicio al Acto Penitencial y continúa la Misa conservando las lecturas del día. LAs oraciones: Colecta, Sobre las Ofrendas y Postcomunión, pueden ser las de la memoria de la Beata.
  6. Durante la Homilía, se puede destacar la profunda sintonía que hay entre el proceso evangelizador promovido por el Santo Padre y el carisma, espíritu y espiritualidad de la Beata María Inés Teresa y su obra.Una espiritualidad eucarística, sacerdotal, mariana y misionera vivida en una alegre entrega.
  7. Porque «URGE QUE CRISTO REINE» hay que hacer nuestras las palabras de esta Misionera sin Fronteras, un alma enamorada de Dios que solía repetir a Jesús Eucaristía: «QUE TODOS TE CONOZCAN Y TE AMEN, ES LA ÚNICA RECOMPENSA QUE QUIERO».
  8. En la Plegaria Eucarística, en la mención de los santos, se añade el nombre de la Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento.
  9. Después de la oración de Postcomunión, junto con los fieles, se reza la oración en la que se pide la intercesión de la Beata.
  10. Dada la bendición y la despedida litúrgica, si se ve conveniente, se puede invitar a los fieles a que se acerquen a venerar la Imagen. (Si hubiera una reliquia de primer grado, la veneración se dirige a ella).
  11. Después de un tiempo conveniente (que se acompaña con cantos), si la Imagen ha de llevarse a otra área del Templo, se acompaña con los ciriales, el incienso y la Cruz alta hasta colocarla y dejarla allí definitivamente.
  12. Colocada la Imagen en su lugar, se pueden decir algunas palabras. Concluido lo anterior, el que preside y los concelebrantes, se dirigen a la sacristía o a la entrada del Templo para despedir a los fieles.
  13. Si en la ceremonia litúrgica solamente se recibirá la Imagen, se hacen las adecuaciones pertinentes.
  14. De igual manera si en lugar de Misa se hace una Celebración de la Palabra, se hacen las adaptaciones necesarias.

B. RECEPCIÓN Y COLOCACIÓN DE LA IMAGEN EN EL HOGAR, CASA RELIGIOSA, ESCUELA, TRABAJO, HOSPITAL, ETC.

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Indicaciones generales:
  1. Si alguna persona, familia o institución quiere solemnizar la colocación de una Imagen de la Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento en su hogar, Comunidad Religiosa, oficina, taller, etc… puede hacerlo, invitando a familiares y amigos a que les acompañen en el día y lugar señalados.
  2. Conviene que antes, las personas que participarán, conozcan algo de la vida de la Beata María Inés Teresa. Con anticipación se les puede haber repartido alguna estampa o alguna nota bibliográfica.
  3. El lugar donde será colocada la Imagen deberá estar preparado con anticipación. Puede ser la pared en donde se colocará, un altarcito en una mesa, etc. Procúrese que todos los asistentes participen con devoción.
  4. Quien preside la celebración puede ser la cabeza del hogar, casa religiosa, colegio, empresa, hospital, etc. Antes de iniciar la ceremonia, quien preside, deberá haber leído ya estas indicaciones para guiar este momento de oración. (Es conveniente sacar copias con las indicaciones de la ceremonia para todos tomando en cuenta que lo que está entre paréntesis durante la ceremonia, es una indicación, por lo que, según el caso, se lee lo más apropiado).
Ritual:
(Una persona preside, otra lleva la Imagen y otra lee el Evangelio)

PRESIDENTE: Pongámonos en pie. La Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento Arias Espinosa, nació en Ixtlán del Río, Nayarit, México, el 7 de julio de 1904 y murió en Roma, Italia, el 22 de julio de 1981. Fue beatificada el 21 de abril de 2012 y su memoria se celebra el 22 de junio de cada año. Es conocida como la «MISIONERA MEXICANA SIN FRONTERAS».

Agradecemos la presencia de todos ustedes. Sean bienvenidos a esta sencilla ceremonia en la que recibimos, como un miembro más de nuestra (Se dice según el caso: familia, comunidad, oficina, etc.), la Imagen de la Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, para que con su sonrisa nos alegre y recuerde que no estamos solos; que Dios, la Santísima Virgen y los santos y beatos nos aman, nos acompañan, nos protegen y guían. Recibamos su imagen con un fuerte aplauso. (Quien porta la Imagen la lleva hasta el lugar en donde será colocada).

Iniciemos nuestra oración EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO (Persignándose) y escuchemos ahora la Palabra de Dios. Permanecemos de pie.

LECTOR: Del Evangelio según san Marcos (Mc 1,29-30): «Al Salir de la Sinagoga, Jesús fue a la casa de Simón y de Andrés con Santiago y Juan. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, por lo que enseguida le hablaron de ella. Jesús se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. Se le quitó la fiebre y se puso a atenderlos». Palabra del Señor. TODOS: Gloria a Tí, Señor Jesús.

PRESIDENTE: Nos podemos sentar. Este fragmento del Evangelio que acabamos de escuchar, nos muestra cómo Jesús visita la casa de sus amigos. Simón, junto con su hermano Andrés y sus amistades, invitaron a Jesús a su casa. Así ahora, nosotros, junto con la Beata María Inés Teresa, hemos invitado a Jesús a nuestro (a) (hogar, casa religiosa, oficina, taller, hospital, etc) pero, sobre todo, a nuestro corazón. El Señor Jesús, al entrar a la casa de Pedro, escucha a quienes interceden por la enferma y Él actúa amando, por lo que se dirige a la persona necesitada, la cura y la fortalece. Así hoy, que recibimos esta Imagen de la Beata Madre María Inés Teresa (y a quienes los miembros de la Familia Inesiana llamamos con cariño «Nuestra Madre») que con su sonrisa nos habla e Dios, sabemos que ante Jesucristo y la Santísima Virgen María, ella intercede por todos, por ti, por mí y por el más necesitado de nosotros. Recibamos también al Señor Jesús y a la Santísima Virgen en nuestra vida como ella lo hizo.

Alegrémonos y, en un momento de silencio, con los ojos cerrados, poniendo nuestra mano sobre el corazón, repitan después de mí: «Señor Jesucristo, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero ya que has venido a mí, yo te abro las puertas de mi corazón; perdóname, rescátame y sáname. Me tomo de tu mano, no permitas que me parte de Ti. (Se hace una breve pausa de silencio). Repitan después de mí: Mamita María, así como siempre acompañaste a tu Hijo, acompáñame, regálame una sonrisa, ablanda mi corazón y concédeme apartarme de mis errores. Hoy que me tomo de tu mano, te pido me guíes por la senda del bien, para que comparta con todos la alegría de ser hijo (a) de Dios y miembro de la Iglesia Católica. (Se hace una breve pausa de silencio).

PRESIDENTE: Nos ponemos de pie para recitar juntos el PADRENUESTRO. 

PRESIDENTE: Beata Madre María Inés Teresa, con alegría te recibimos y colocamos tu imagen para que tu sonrisa nos acompañe y nos recuerde siempre que somos un pensamiento de Dios, que no estamos huérfanos de Padre, que Jesucristo nos ama, que el Espíritu Santo nos guía y que la Santísima Virgen nos acompaña, escucha y protege.

Tú que viviste en un hogar cristiano, donde aprendiste las verdades de la Iglesia Católica y se fortaleció tu fe, guía los pasos de cada uno de nosotros y de nuestras familias hacia la vida de oración, la frecuencia de los sacramentos y la participación en la Misa Dominical, hacia el amor y el respeto de unos para con otros y hacia la solidaridad con todos, para alcanzar la santidad.

Tú que escuchaste de labios de santa María de Guadalupe «Me comprometo además, por los méritos de mi Hijo, a dar a todos aquellos con quienes tuvieres alguna relación y aunque sea tan sólo en espíritu, la gracia santificante y la perseverancia final», intercede por nosotros para que, beneficiados por esta promesa, tengamos paz y prosperidad (en nuestra familia, en nuestra comunidad, en nuestro colegio, en nuestro lugar de trabajo, en este hospital, etc.) en nuestra ciudad, en nuestro país y en el mundo entero.

Beata Madre María Inés, sabiendo que «Es urgente que Cristo reine» (1 Cor 15,25), como tú, nos entregamos al amor misericordioso de Dios y con el anhelo de comprar muchas almas para Él, le ofrecemos nuestra vida para que todos lo conozcan y lo amen, siendo esta, la única recompensa que queremos. Hoy, reunidos (en familia, en comunidad, como compañeros de trabajo, en torno a nuestros enfermos, en este colegio, etc.) pedimos tu intercesión ante nuestras necesidades: «Señor, Padre Santo, que sostienes y guías a la Iglesia, Tú has glorificado a tu sierva fiel Madre María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, fundadora de la Familia Inesiana. Ella vivió en sencillez y alegría, en contemplación y acción, inflamada por el ansia misionera de dilatar el Reino de Cristo. Ayúdanos a imitar su caridad misionera y, por su intercesión, concédenos la gracia que hoy te pedimos confiadamente. Amén. (Si hay una intención general se menciona y/o se guarda un momento de silencio para que cada quien haga su petición). Padre Nuestro, Avemaría, Gloria.

Colocada la imagen de la Beata María Inés Teresa y concluida la oración, se convive de una manera fraterna antes de retirarse del lugar.

Mons. Pedro Agustín
*Los textos originales han sido elaborados por Mons. Pedro Agustín Rivera Díaz, Coordinador del Grupo Sacerdotal Madre Inés a quien le agradecemos infinitamente esta y todas sus aportaciones para dar a conocer a la Beata María Inés Teresa, su carisma, espíritu y espiritualidad. Mons. Pedro Agustín es el fundador de «Familia Eucaristíca» y actualmente es párroco en Nuestra Señora de Fátima en Cd. de México.