«Si es tu voluntad, de los escombros surgirá la obra toda resplandeciente de tu misericordia. Fíat, Señor, ahora y siempre».
Diario enero-mayo de 1944.
No desalentarse…
Categoría: Esperanza
Vivir de confianza en Dios…
«Nosotros procuremos vivir únicamente de amor, de esperanza, de confianza».
Carta colectiva del 22 de abril de 1953.
La esperanza puesta en Dios…
«Desde el fondo de mi corazón, desde el abismo de mi miseria, de la íntima convicción de mi nulidad, de mi incapacidad, me nacieron unas grandes y hermosas alas que, en raudo vuelo, me elevaron hasta ti, Dios mío, hasta tu regazo, en tus mismos brazos; en ellos desapareció toda mi angustia, puesto que se fijó mi esperanza sobre la alta roca de tu poder».
Diario de enero a mayo de 1944.
La caridad…
«¡Qué frase más hermosa! «La caridad debe ser como una activa esperanza de lo que los demás pueden llegar a ser gracias a nuestra ayuda fraterna»».
Consejos.
El Señor nos sostiene en la tribulación…
«Los días se me pasan en continuos martirios; y las noches, con Jesús y María. ¡No poco me consuelan y alientan estos sueños! Gracias, Dios mío. Es muy cierto que cuando abundan las tribulaciones, las represiones, las humillaciones, las incomprensiones, tu Dios mío, sostienes con tu brazo poderoso».
Cinco cuadernitos.
Vivir de esperanza, confianza y abandono en Dios…
«Procuremos vivir únicamente de amor, de esperanza, de confianza, de abandono total».
Carta colectiva del 22 de abril de 1953.
Progresos…
«Debe ser cada día más intenso nuestro deseo de progresar en la virtud, en la oración, en la contemplación, en la caridad, basándola en la humildad; la fe y la esperanza son lazos fortísimos que sostienen nuestra caridad».
Carta colectiva de marzo de 1978.
Ánimo y confianza en Dios…
«No temamos, Jesús, nuestro divino Salvador estará siempre con nosotros y él será nuestro sostén y ayuda en todas partes. ¡Ánimo siempre y confianza en un Dios amor! Sepamos nosotros corresponder con el más grande amor que nos sea posible».
Carta a unas de sus hijas religiosas desde Roma, el 6 de junio de 1973.
Reconocernos necesitados de Dios…
«Hay momentos que me siento pegada hasta el polvo, comprendiendo mi propia miseria y ruindad; no he sabido cumplir con mi deber; no soy lo que debo ser. Avergonzada de mi ruindad, pero amándola, me escondo de los brazos de mi dueño y Señor y… en él confío; todo lo espero de él».
Carta. Noviembre 4 de 1950.
Amor, esperanza, confianza…
«Nosotros procuremos vivir únicamente de amor, de esperanza, de confianza, de abandono total… el menor acto de abandono puede salvar más almas que muchos sufrimientos».
Carta colectiva del 22 de abril de 1953.
Un pensamiento de la Beata Madre María Inés Teresa 