«Que la Virgen Morena sea amada, venerada en todas las naciones del mundo, que ella conciba a Cristo en las almas para que, por su mediación, todas se salven, viniendo al conocimiento de la verdad, y que un día podamos ofrendarle oficialmente las banderas de todas las naciones, que de hinojos se postrarán a sus virginales plantas, aquí, cabe la imagen bendita del Tepeyac, para que sobre todas ellas se pose su dulce mirada, para que a todas ellas las esconda en el huequecito que dejan sus manecitas juntas, así como nos ha escondido a nosotros, su xocoyotl»
Estudios y meditaciones, f. 739.