«Al hacer la entrega total de mis oraciones y sacrificios a tan augusta Señora, como esclava suya que soy, y la cual consagración hoy renuevo solemnemente, uno a la intención, de una manera más formal, de que todas mis oraciones y sacrificios, tengan, como uno de sus fines principales, entre todas mis intenciones, el hacer amar a María, Madre de Dios, en tanto sea posible a la humana criatura, con la ternura y respeto con que su hijo divino la amo en este Mundo».
Renovación del voto de hacer amar a María y del ofrecimiento como víctima de holocausto al amor misericordioso.