Recuerdos…

2253 a 2017-01-10 a las 5.56.40 PM.png“Recuerdo mi dulce vida de novicia y joven profesa, llena de tranquilidad y paz, aunque cargada de trabajos manuales, en los cuales mi alma se engolfaba en Dios. Ahora todo es diferente, pero como estoy segura de que es la voluntad de Dios, no querría lo primero, aunque para mi gusto espiritual aquello es lo más deleitoso y apetecible”.

Carta personal a un religioso, Cuernavaca, febrero 4 de 1954.

A la santidad en las cosas pequeñas de cada día

«Acuérdese, Hermano […], que le dije que el termómetro de nuestro progreso espiritual será la santidad de su vida. Cómo debe ella parecerse a la de su divino Modelo, ya que es tan grande la carga que usted, por amor, se ha echado a cuestas. Cuando me lo imagino yendo a posesionarse de su escoba para barrer los claustros, sacudiendo, cocinando, cosiendo, etc., etc., recuerdo mi dulce vida de novicia y joven profesa, llena de tranquilidad y paz, aunque cargada de trabajos manuales, en los cuales mi alma se engolfaba en Dios. Ahora todo es diferente, pero como estoy segura de que es la voluntad de Dios, no querría lo primero, aunque para mi gusto espiritual aquello es lo más deleitoso y apetecible».

Carta personal a un religioso, Cuernavaca, febrero 4 de 1954.