«Aprended de mí que soy mando y humilde de corazón. Este es el grito silencioso, que lanza Jesús Maestro, en todas sus acciones; en su ayuno de 40 días, en su bautismo, en sus admirables predicaciones, en su intimidad con la familia de Betania, en su paciencia y amor con sus ignorantes discípulos, en sus curaciones milagrosas, en su primer milagro hecho a instancias de su divina Madre».
Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón.