La unión con Jesús…

«Si Jesús de Nazaret, vivía íntimamente unido a su Padre celestial, no sólo como Dios, sino también como hombre, ¡cómo debo trabajar porque mi unión con él sea tan estrecha, que no pueda pensar, desear, querer, obrar sino en él y por él?; que no tenga otras miras en mis intenciones que el acrecentamiento de su gloria y la salvación de las almas, pero en la amorosa intimidad de María».

Ejercicios Espirituales de 1941.

Una petición a María…

«Le diré a la Madre que abogue por nosotros, que pida interiormente a su Hijo una mirada de infinita compasión hacia los que rodeamos su pesebre, y que nos permita imprimir a todos en su manita, un ardiente beso, del que salgamos transformados, cambiados por completo».

Ejercicios Espirituales de 1941.

Una cita especial…

«Los pecados son lugares de cita con la misericordia infinita; ahí se reúne la miseria con la misericordia; ahí se unen los dos extremos, ahí se dan el beso de paz».

Ejercicios Espirituales de 1941.

Un consuelo para el corazón de Jesús…

«Concédeme la gracia de qué no te ofenda con la menor falta voluntaria; que sea por mis obras y mi amor, y mi continuo pensar en ti, un consuelo para tu corazón tan ofendido y despreciado por los hombres».

Ejercicios Espirituales de 1941.

Ir más allá de la obligación…

«Es muy hermosa la práctica de no contentarse con la obligación estricta. Contentarse solamente con lo estricto me parece de mercenarios: ‘Yo hago esto que me impones, sólo con el fin de salvarme'».

Ejercicios Espirituales de 1941.

En el sacramento de la reconciliación…

«¿Y quién puede resistir entonces a sus dulces caricias, a su beso de perdón y de paz? ¿Quién puede describir lo que pasa entre un Dios que ama y perdona y un hijo que ama también, y se arrepiente, y se siente comprendido, amado, tiernamente amado por un padre a quien le ha costado el precio infinito de su sangre? ¿Quién puede relatar con palabras humanas lo que se pasa entonces entre el alma y su Dios? ¿Las caricias que recibe y las que ella prodiga?»

Ejercicios Espirituales de 1941.

Tras un ideal…

«Cuando se va tras de un ideal, de un hermoso ideal, no se fija uno en nada, se pasa por todo; adelante, siempre adelante».

Ejercicios Espirituales de 1941.

Un muy dulce martirio…

«Cuando tu misericordia penetró en mi alma, cuando por vez primera me sentí enamorada de ti, con ese amor que no encuentre barreras, con ese amor apasionado que sólo piensa en el Amado, en agradarlo, en comprarle almas; la fuerza del amor, por se tan intensa, constituía para mí un gran martirio, un muy dulce martirio».

Ejercicios Espirituales de 1941.

Soy un pensamiento de Dios…

“Soy un pensamiento de Dios, porque desde toda la eternidad pensó en darme el ser; Él ya me veía tal cual soy, con mis defectos y mis cualidades, mis promesas y mis inconstancias, mi confianza y mi amor, y con todas mis miserias”.

Ejercicios Espirituales de 1941.

Soy un latido del corazón de Dios…

“Yo, nada, molécula impalpable, nada pecadora, soy un latido del Corazón de Dios, de un Dios Creador, Redentor y Santificador; de un Dios que, al concebirme en su mente, al hacer latir su corazón, ya se había formado sobre mí, designios de predilección”.

Ejercicios Espirituales de 1941.