La Eucaristía, el mayor anhelo…

«Todo mi anhelo era la Eucaristía. ¡Cómo se estrechaba mi corazón con el de Jesús al recibirlo! ¡Cuán infinita es su misericordia con los pecadores! ¡Estaba verdaderamente endiosada, nada me turbaba, las ansias de manifestar a Dios mi amor, me consumían!»

Cuenta de conciencia.

Un momento de conversión…

«En octubre en los días del Congreso Eucarístico en México, sentía ya un cambio en mí, aunque sin darme perfecta cuenta, en la Iglesia me sentía otra, ya todo me empezaba a parecer despreciable; por fin sonó el momento designado por la infinita misericordia para transformarme y no lo pude resistir».

Cuenta de Conciencia.

Recuerdos de juventud…

«Iba a fiestas familiares, paseos y otras diversiones inocentes, me gustaba lucir y ser atendida. Sin embargo esto no me llenaba. Mi corazón ya presentía la nada y la vanidad de todo lo del mundo, siempre salía hastiada».

Cuenta de conciencia.

Un profundo amor a la Eucaristía…

«Mi único cielo era la Eucaristía y durante esos años de angustia —por la persecución religiosa— cuántas veces me vi privada de ese Pan celestial».

Cuenta de conciencia.

Vivir la presencia de Dios en el trabajo…

«¿Pero cómo disgustarme, madre mía, si el banco (en el que trabajaba) era para mí también la casita de Nazaret? Allí pude comprarme muchos, muchísimos regalos a Jesús, todos los días, ¡cuántas humillaciones recibí!»

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Manifestarle a Jesús el amor…

«Me ingeniaba de mil maneras para manifestarle a Jesús mi amor con sacrificios».

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Como en Nazaret…

«No era ya mi casa donde vivía, sino la casita de Nazaret, en mi mamá veía a la Santísima Virgen, en mi papá a nuestro Señor y en mis hermanos al Niño Jesús. Todo lo que me mandaban lo oía como salido de los labios divinos, con qué grande gusto hacía todo».

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La gracia de la absolución…

3358_n.jpg«Después de recibida la absolución me inundó una paz inmensa lloraba a torrentes, ¡pero cuan dulces eran esas lágrimas!, me entregaba confiada al Corazón de Jesús Eucaristía.»

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El gozo del perdón…

3327 776129882064158720_n.jpg«Después de recibida la absolución me inundó una paz inmensa, lloraba a torrentes, ¡pero cuán dulces eran esas lágrimas! me entregaba confiada al Corazón de Jesús Eucaristía».

Cuenta de conciencia.

Transformarse para el Señor…

3304 IMG_2147«Por fin sonó el momento designado por la infinita misericordia para transformarme y no lo pude resistir. ¡Me será imposible decirle lo que entonces paso por mi alma! ¡Cuán arrepentida estaba! Dios, el amor me atraía con fuerza irresistible. Sólo quería amar y darme a Dios».

Cuenta de conciencia.