«María de Guadalupe será el alma de esta familia misionera. Ella con su calor maternal la vivificará, ella será su maestra por excelencia; ella infundirá en todos sus hijos su mismo espíritu, aquel su amor que la hizo descender del cielo a esta tierra de Anáhuac, para acoger, tierna y cariñosa, al pequeñito hijo que le había nacido».
En homenaje de filial amor.