«Todo formando se aplica mucho a sus estudios; es su deber estudiar sin perder un minuto de tiempo. Se dedica a su hora de recreo a… jugar; es su deber jugar. Se aplica a todas y cada una de sus obligaciones manuales, porque ahí lo espera Dios… pero se aplica sobre todo a conocer la voluntad de Dios, a cada momento, para practicarla con alegría.»
Cartas.