«Esta helada me ha dado motivo a una reflexión profunda; si a mí me han dolido estas plantas que se han secado, que no están destinadas a ir al cielo un día, qué no le dolerán a Jesús las almas que por falta de confianza en su infinita misericordia, por el abuso de sus gracias, por llevar una vida de pecado, etc. etc., han tenido que ser castigadas en un infierno sin… término. ¡Cuánto debemos de pedir por la conversión de los pecadores!»
Las Bienaventuranzas.