«¡Oh poder divino! ¿Qué Iglesia ha podido subsistir a través de tantos siglos, conservando, incólume la fe legada por su divino Fundador?… Aquí tenemos la infalibilidad del Papa, la razón de ser de su gobierno en la Iglesia, regida por el Espíritu Santo. Y por eso mismo, ese nuestro descanso en la barca de Pedro; esa nuestra seguridad absoluta en todo lo que dimana de la santa Iglesia, ese nuestro amor hacia el representante de Cristo».
Estudio sobre la Regla y el Evangelio.