«Tenemos que confiar más y más en él y alcanzar todo lo que deseamos y todo lo que nos hace falta, a fuerza de fe y confianza. Nunca nos desanimemos, y si esto llega a suceder, que no pase de unos segundos, pues tenemos que esperarlo todo de la bondad divina, con seguridad cierta de ser escuchados.
Carta colectiva de abril 23 de 1954.