El principal director del alma…

«He procurado toda mi vida que el Espíritu Santo sea el principal director de mi alma, teniendo hacia él confianza de niña, consultando con él todos los casos, sobre todo los difíciles, y procurando hacer lo que él dicta a mi alma».

Carta a su director espiritual el 18 de abril de 1948.

El Espíritu Santo es el principal director espiritual…

«He procurado toda mi vida que el Espíritu Santo sea el principal director de mi alma, teniendo hacia él confianza de niña, consultando con él todos los casos, sobre todo los difíciles, y procurando hacer lo que él dicta a mi alma».

Carta al director espiritual el 18 de abril de 1948.

Hijos para el cielo…

«El Espíritu Santo fecundó el seno virginal de María; y el Verbo se hizo carne. EL mismo Santo Espíritu descendió a mi alma el día de mi bautismo y dejó en ella al Cristo perfecto; se realizó el matrimonio místico, Cristo se desposó con mi humanidad, y mi alma con su divinidad. Ya no éramos sino uno solo… Y ahora, de esta mística unión, ¿que debe resultar? Hijos para el cielo».

Carta al director espiritual el 5 de marzo de 1949.

En manos de Dios…

«Mi alma continúa en su ambiente de abandono total en las manos de Dios. Estoy segura que nuestro Señor seguirá soterrando el granito de trigo».

Carta al director espiritual el 24 de febrero de 1950.

Abandonarse a la voluntad de Dios…

«Una oración llena de fe y esperanza, de abandono y conformidad con la adorable voluntad de Dios».

Carta a su director espiritual el 15 de mayo de 1949.

Gratitud…

«Agradecer muy profundamente y para siempre.»

Carta al director espiritual el 22 de febrero de 1950.

Escuchar a Dios Padre…

«El Padre, puestos sus ojos e el Hijo de sus eternas complacencias, parece que me dice: haz siempre en todas tus cosas, como Él hace».

Carta al director espiritual el 16 de febrero de 1949.

La gracia del bautismo…

«El Espíritu Santo fecundó el seno virginal de María; y el Verbo se hizo carne. El mismo Santo Espíritu descendió a mi alma el día de mi bautismo y dejó en ella al Cristo perfecto; se realizó el matrimonio místico; Cristo se desposó con mi humanidad, y mi alma con su divinidad. Ya no éramos sino uno solo».

Carta al director espiritual el 5 de marzo de 1949.

¿Qué busco?…

«¿Qué pido y que busco estos días? ¿Cómo quiero disponerme a la acción de Dios?»

Carta al director espiritual el 20 de febrero de 1949.

Dios es nuestro Padre…

«¡Qué hermoso es tener a Dios por Padre!, ¡y qué Padre!»

Carta al director espiritual el 27 de septiembre de 1949.