«Exhorto de una manera especial, a que lean las Sagradas Escrituras, los Documentos Conciliares, los discursos del Santo Padre, para que acrecentándose por estos medios el conocimiento de Cristo, a quien nos hemos entregado, se acreciente también la entrega generosa en favor de los miembros de ese Cristo, hasta ahora desgarrado por todas partes y desunido, meditación que nos traerá también por consecuencia una íntima unión de corazones en la comunidad y una perfecta prédica de la caridad fraterna dentro de la misma».
Convocatoria al Capítulo General Especial el 25 de marzo de 1968.