Fíat…

«’Fíat’ digámosle a Jesús en todas nuestras ocupaciones, en todos los actos de la vida común, en todos los permisos que hay que pedir, en cada cosa que nos cueste, que implique vencimiento…allí está, hijos, la santidad.»

Cartas.

El «fiat» de María…

«María, la contemplativa por excelencia, después de los grandes elogios que recibió del enviado de Dios, dejando a salvo su pureza virginal, siempre pronto a cumplir la voluntad de su Dios y gozosa de poder secundar la grandiosa obra de la redención, pronuncia Sofía Salvador; ese Fiat por el cual, todos seremos salvos, si cooperamos como ella, si amamos como ella, si como ella creemos la voluntad santísima de Dios».

Sobre los Santos Evangelios.

En el principio…

«‘En el principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra empero, estaba informe y vacía y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas’ (Gn 1,1-2). ‘En el principio’… cuando Dios se decidió a crear, cuando empezó su obra misionera, esa grandiosa obra de redención que había concebido su mente divina desde toda la eternidad. Son las tres Personas ‘Dios’ reuniéndose, y creando, en un acto de su infinito poder, todas las cosas existentes, en ese principio, conocido tan solo de Dios, puesto que no se ha podido precisar el momento, en que, poniendo en juego su fecunda actividad, a su Fiat creador, aparecen, una tras otra, esa infinidad de criaturas, que vienen a formar el conjunto maravilloso de la naturaleza toda».

En el principio.

La Virgen, su amor, su compasión, su generoso fiat…

«Nos amó hasta el fin… contemplar a su Madre Santísima transida de dolor a sus pies, sin poder darle más consuelo que su amor, su comprensión, su generoso fiat, mucho más generoso que aquella que dio al ángel para aceptar ser Madre del Redentor».

Carta colectiva desde Roma en 1980.

Hacer siempre la voluntad de Dios…

«Quiero decir un fiat profundo en todo lo que Dios permita».

Ejercicios Espirituales de 1943.

¡Fiat!…

«¡Fiat! ¡Fiat! ¡Fiat! No puede decir otra cosa mi corazón.

Diario enero a mayo de 1944.

Entrega decidida al Señor…

«El Señor quiere un fiat voluntario, decidido, amoroso»

Estudios.

El «fiat» de María…

«Dios sólo espera el fiat de la creatura más pura, más santa, más hermosa, más perfecta que ha existido en el cielo y sobre la tierra, para que su Verbo… Su Hijo, descienda de su trono de gloria y venga a tomar, en el seno purísimo de María, nuestra carne flaca y miserable, para hacerse uno de los nuestros».

Lo que me dice el cuadro de la anunciación.

El «fiat» de María…

«La Virgen pura pronuncia su «fiat» y por este «fiat» sublime nos vino a la humanidad el más rico tesoro que el Padre celestial nos pudiera ofrendar, su propio Hijo».

Diario de 1932 a 1934.

Un fiat profundo…

«Procuraré, en cualquiera ocupación que Dios quiera colocarme, hacer de mi vida un himno… que toda mi vida cante… Quiero decir un fiat profundo en todo lo que Dios permita».

Ejercicios Espirituales de 1943.