Un regalo para cada continente…

«Concédenos, Señor que, por mis oraciones y limosnas de a cada continente lo que necesita. Al África: un clero nativo de negras manos levantando blanca hostia. Al Asia: una rica cosecha en la roja semilla de sus mártires. A Oceanía: un collar de ideas hechas un rosario por la fe. A Europa, fatigada y vieja: una renovación de juventud frente al altar de Dios. A América: un trato que dé riquezas materiales por la perla de la oración».

Carta colectiva desde Madrid, el 4 de octubre de 1969. f.3841