Una magnífica promesa…

«¡Magnífica promesa! Toda la santísima Trinidad tomando posesión plena de esta pobre alma en la cual está el esculpida su imagen. ¡Oh misterio de la insondable grandeza del alma humana y de su profunda ruindad! Dios la creó noble y bella, pero los hombres tenemos el terrible privilegio de mancharla, de enlodarla, de degradarla.»

Meditaciones.

La promesa de la Eucaristía…

«Comprendiendo Jesús que aun cuando viniera el Consolador, nos quedaríamos tristes sin su compañía, nos asegura que no nos dejará huérfanos. Es la promesa de la Eucaristía. Sin la eucaristía nos sería imposible la vida. Con él, todas las amarguras son dulces, todas las incomprensiones amables; él todo lo comprende, y lo suaviza y lo mitiga».

Meditaciones.

Agradar al amado…

«El alma amante, el alma enamorada de Dios, no piensa en otra cosa, sino en agradar a su amado, precisamente lo que él quiere, en lo que él ha mandado, y es entonces cuando el espíritu de verdad, que el mundo no puede recibir, porque es él todo mentira y engaño, se posesiona del alma y la hace comprender con divina luz las verdades reveladas y, llevándola por la fe a todos los misterios, se los hace gustar de una manera celestial, que en ocasiones como que dejan de ser misterios para el alma que los gusta, por las divinas emanaciones que de ellos se exhalan y saturan a esa alma por completo».

Meditaciones.

La paz y lo que sigue…

«Después que la Paz ha establecido sus reales en el fondo del alma de buena voluntad, van cayendo en ellas las palabras de vida eterna que el divino Maestro, a impulsos de su inmenso amor a Dios y a los hombres, va dejando escapar de su ardiente Corazón».

Meditaciones.

Que no se turbe nuestro corazón…

«Desde el capítulo 14 del Evangelio de San Juan, nos narra el discípulo amado la suprema despedida de Jesús, que, como Dios de paz que es, empieza su discurso con estas hermosas palabras: ‘No se turbe vuestro corazón'».

Meditaciones.

La Eucaristía…

«Mi único cielo era la Eucaristía».

Meditaciones.

En manos de Dios…

«¿Qué temes, si el Espíritu Consolador, el Espíritu de verdad te enseñará toda la ciencia y si la Augusta Trinidad ha tomado posesión de ti?»

Meditaciones.

El alma es templo viviente de Dios…

«Señor, enséñame a amarte, a amarte con pasión, con todas las veras de mi alma, y entonces no habrá más ofensas. Mi alma será el templo viviente de esa Augusta Trinidad adorada».

Meditaciones.

Paz en el corazón…

3348 IMG_6090.jpg«Jesús quiere primero la paz en los corazones, para que, pacificados, sean capaces de escuchar y entender sus divinas enseñanzas».

Meditaciones.

Como santa Teresita, en los trabajos sencillos de cada día…

2705 IMG_20130930_101403_535.jpg«No olvidemos el apostolado del sacrificio sencillo de la escoba y del trapeador, de la cocina y la lavandería, de la huerta y de la granja, todo esto realizado con grande amor, como lo hizo santa Teresita, patrona de las misiones; nos llevará a comprar muchas almas para el cielo».

Meditaciones.