Unirse a Dios en todas partes…

1258 N.M. enfermedad«Muy tempranito, como de costumbre, me levanté, me bañé, me arreglé y me fui a la cubierta del barco a hacer mi oración matutina contemplando el mar, y en el horizonte se va elevando, pero no ha sido posible contemplar el sol. Todos los días ha estado en cuanto al sol, abriéndose paso entre las nubes por donde asoma su rubia faz, proyectando en las aguas del océano una estela de luz que asemeja una gran cinta plateada. Se vuelve a ocultar tras las nubes y más allá, hacia el horizonte, se proyectan sus rayos luminosos semejando multitud de lámparas ardientes. Hice intención de oír mi misa poniéndome en espíritu en todas las iglesias de la tierra en donde en esos momentos se estuviere celebrando».

Carta desde el barco en uno de sus viajes misioneros.

 

Nada de caprichitos…

978 IMG_0393«Nada de caprichitos, nada de dobleces, que en nuestra vida toda sea sinceridad, sencillez, alegría de vivir en el amor a Jesús que ama a las almas humildes, veraces, sin trabas».

Consejos.

Pedir consejo con humildad…

825 Escribiendo«Es necesario que, de cuando en cuando pidas consejo, ya que eres muy joven en edad y en el cargo. Y, cuando se es humilde, se reconoce que se necesita una ayuda de personas que, por la experiencia, ya están mas capacitadas para aconsejarnos y ayudarnos».

Carta a una de sus hijas religiosas en 1966.

El apostolado de la sonrisa…

800 Dos Madres«La sonrisa puede hacer realmente un grande apostolado,  es la predicación del sacrificio oculto

Consejos.

Vernos con ojos nuevos…

595 1971 Roma, Garampi con unos peregrinos am. c detalle

«Cada día, desde el despertar, vernos los unos a los otros con ojos nuevos. Es decir: olvidando el roce que haya habido el día anterior, perdonando de verdad, y haciendo que nos perdonen, si nosotros somos quienes tenemos necesidad de ser perdonados, y, adelante, fijándonos más bien en las cualidades de mis herma­nos, de las personas con quienes convivo, de las personas a quienes trato».

Carta Colectiva desde Roma, el 3 de diciembre de 1971, f. 3995.

La mirada de un alma pura…

«La mirada de un alma pura es como la superficie de un lago cristalino; en ella no hay doblez ni engaño; es cándida y sencilla como la paloma, pero prudente como la serpiente. Todo refleja en esa mirada, que Dios habita en ella».

Consejos y Reflexiones