Cristo, nuestra paz…

«En su noble frente, espejo de la divinidad, asiento de la sabiduría, brillan, con singulares resplandores destellos de cielo; se reflejan los sentimientos de su Corazón traspasado de dolor, ansioso por comunicar a los suyos su propia paz; por eso les dice: no se turbe vuestro corazón; creer en Dios, creed también en mí».

Ejercicios Espirituales de 1950.

La parábola del buen pastor…

«Sirvió de tema la parábola del buen pastor. Es hermosísima. Cuántas aplicaciones encuentro… este divino Pastor debe ser nuestro perenne modelo».

Ejercicios Espirituales de 1950.

Frutos…

“Con la gracia de Dios me propongo sacar de estos ejercicios espirituales abundantes frutos espirituales para el perfeccionamiento de mi alma, y bien de la Obra que el buen Dios, el Divino Pastor ha puesto en mis torpes y miserables manos”.

Ejercicios Espirituales de 1950.

Recuerdos del llamado vocacional…

«Esta santa casa tiene para mí un no sé qué de recogimiento: en ella viven mis recuerdos, desde que, escuchando el ‘Audi Filia’…¡mi alma buscó a Dios y se consagró a él para siempre en este jardín seráfico, en donde se fraguó, se caldeó, vivió mi vocación!

Ejercicios Espirituales de 1950.

Inmensamente feliz…

«A pesar de todo, sólo puedo decir que he sido inmensamente feliz, porque a pesar de mis miserias, mi buen Dios me ha concedido la gracia de ver siempre y en todo su adorable voluntad».

Ejercicios Espirituales de 1950.

Frutos espirituales…

«Se me concedió venir a mi comunidad de México, a mi amadísima comunidad de Unión para tener recogida y silenciosa mis santos ejercicios. Principiaron ayer, pero a mí no me fue posible llegar sino hasta la nochecita. Con la gracia de Dios me propongo sacar de ellos abundantes frutos espirituales para el perfeccionamiento de mi alma, y bien de la obra que el buen Dios, el divino pastor ha puesto en mis torpes y miserables manos».

Ejercicios Espirituales de 1950.

Un magníficat de gloria y alabanza a la Trinidad…

«Llévanos Jesús al Padre. Que tu Evangelio meditado, comprendido, amado, practicado por ti y en ti, nos lleve al Padre Celestial, a cantar el eterno magníficat de gloria y alabanza a la beatísima Trinidad».

Ejercicios Espirituales de 1950.

Dame almas…

«Sí Jesús, dame almas y quitarme todo lo que quieras».

Ejercicios Espirituales de 1950.

Guiar a las almas hacia Dios…

«¡Dulcísimo Jesús!… Dame tu mismo Espíritu para guiar a las almas, para conducirlas hasta tu Divino Corazón, y que en él hagan su morada».

Ejercicios Espirituales de 1950.

Abandonarse a la voluntad de Dios…

«Y ahora, ya plenamente abandonada a tu adorable voluntad, quiero entrar de lleno en mis santos ejercicios espirituales».

Ejercicios Espirituales de 1950.