Generosidad…

«Dios no se deja vencer en generosidad.»

Carta colectiva del 4 de junio de 1965.

Los votos…

«Los votos, para el consagrado, son objeto especial de sus estudios; a ellos se comprometió libremente, cuando escucharon sus oídos el dulce ‘Veni’ de Jesús; sí, comprometiéndose libremente a vivir clavado con él, mediante sus tres votos, y no piensa desclavarse. Estando con él es dulce su martirio.»

Carta colectiva del 4 de junio 1965.

La guerra contra el pecado…

«Dice Jesús en su evangelio que vino a traer la guerra. Sí, la guerra contra nuestras malas inclinaciones, nuestras pasiones. Todos los días tenemos que estar dispuestos a luchar por ser mejores».

Carta colectiva de enero de 1970.

El martirio del corazón…

«Es tan hermoso el martirio del corazón cuando se le ofrece a él, y se aprovecha para la salvación de las almas».

Carta colectiva de agosto de 1979.

Los bienes que Dios nos da…

«Santa Teresa decía que a una persona que le hubiese dado una aceituna, no la olvidaba jamás. ¿Qué será cuando se han recibido tantos bienes de Dios?»

Carta colectiva del 29 de septiembre de 1971.

El gran valor del sacrificio y la oración…

«Entrega sencilla y sincera al amor, para que, amando a Dios, amemos a los demás, y por ellos sepamos sacrificarnos, entregarnos en la oración y el sacrificio. ¡Es tan delicioso experimentar, comprobar, como el Esposo de las almas, sabe recompensar hasta el menor sacrificio que se hace por su amor!»

Carta colectiva de diciembre de 1975.

Jesús es el camino…

3320 Reliquia en Acapulco 1«La única realidad verdadera es Jesús. Y él es el camino que nos lleva al Padre. Siguiendo sus huellas de humildad, obediencia, generosidad, no nos descarriaremos».

Carta colectiva del 23 de octubre de 1962.

El Pan que da fuerza

1141 piuy.jpg«Cuán cierto es que solo el Pan Eucarístico da fuerza para las luchas de la vida».

Escritos.

La respuesta a la llamada…

2611 La estatua.jpg«No es porque Nuestro Señor nos ha llamado, porque seremos santos, sino por el modo, las maneras como hallamos vivido después esta llamada».

Carta colectiva desde Roma en junio de 1978.