«¡Encarnación de Jesús en la divina Eucaristía! ¡El más sublime misterio de amor que pudo idear Jesús! No se contenta con encarnarse una vez, sino que, pasando por encima de los olvidos, de los desprecios, de las humillaciones que esto le acarreará, por la virtud de su inmenso poder y de su ardiente amor por los hombres, se encarna en la sagrada Hostia, Encarnación que se perpetuará, por ministerio de los sacerdotes católicos, hasta la consumación de los siglos».
Experiencias Espirituales.