Santificarnos… «Dificultades, roces, quien hiera aunque sea un poquillo nuestro amor propio, es imposible deje de haber en todas partes. ¿Cómo querríamos santificarnos si no tuviéramos que sufrir?» Carta de octubre de 1968. Compartir:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Tumblr (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)Me gusta Cargando...