Confiarse a la bondad de Dios…

1594 asi«Cierto que tengo voluntad de santificarme, pero mi voluntad es débil, remisa, inconstante; debo pues confiarme a la bondad de Dios, para que él la vigorice, haga fecundas mis obras, y me de esa gracia eficaz, con la que cooperamos a su obra divina, con la que el alma coopera a la acción del Espíritu Santo en sí misma, y en muchas otras almas».

Ejercicios Espirituales de 1941, f. 803